Un fuerte sismo de magnitud superior a 7 golpeó Taiwán, dejando un saldo trágico de nueve muertos y más de 900 heridos, así como daños estructurales y alertas de tsunami en Asia.
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El terremoto, el más intenso en 25 años, causó la pérdida de vidas y lesiones en el condado de Hualien, cerca del epicentro. Además, provocó daños en edificios y carreteras en varias ciudades.
Además, 946 personas resultaron heridas, agregó esta fuente, sin precisar la gravedad de las lesiones.
“Todo temblaba violentamente. Los cuadros en la pared, el televisor y el mueble de licores se cayeron”, dijo un vecino de la ciudad de Hualien a la televisión local SET TV.
En Ciudad Nueva Taipéi, en el norte, un almacén se derrumbó, pero más de 60 personas salieron con vida de los escombros, dijo el alcalde.
“Fue como si una montaña colapsara”, contó Liu, que vive junto al almacén, donde funcionaba una imprenta.
Las autoridades taiwanesas, con el apoyo del ejército, están coordinando esfuerzos de rescate y asistencia para ayudar a las víctimas. Se están desplegando excavadoras para despejar las carreteras y se están realizando esfuerzos para socorrer a posibles personas atrapadas.
A pesar de la gravedad del terremoto, las estrictas normativas de construcción y la conciencia pública sobre desastres naturales ayudaron a mitigar aún más la catástrofe. Las alertas de tsunami, aunque emitidas, fueron levantadas poco después en varias regiones costeras.
Taiwán se enfrenta a las secuelas de este devastador terremoto, pero la rápida respuesta de emergencia y la preparación previa ayudan a reducir el impacto. La solidaridad y el apoyo internacional son fundamentales en estos momentos difíciles.