El 16 de agosto celebramos el Día Internacional de las Montañas Rusas, una fecha dedicada a honrar estas increíbles máquinas que nos hacen sentir vivos. Pero, ¿sabías que la historia de las montañas rusas se remonta a mucho antes de lo que imaginas?
El término “montaña rusa” tiene sus raíces en las primeras atracciones de hielo rusas, donde los trineos descendían por pendientes heladas. Con el tiempo, esta idea evolucionó hacia las emocionantes montañas rusas de madera y acero que conocemos hoy.
Marcus Adna Thompson es considerado el padre de las montañas rusas modernas, patentando la primera en 1885. Sin embargo, fue Edivin Prescott quien revolucionó el diseño con su bucle en 1898, abriendo las puertas a atracciones cada vez más extremas.
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¿Te atreverías a subir a la Kingda Ka? Esta montaña rusa en Six Flags, Texas, te propulsará a velocidades de más de 200 km/h. Pero hay muchas otras atracciones que te dejarán sin aliento, como Shambhala en PortAventura, España, o Takabisha en Japón.
La adrenalina, la sensación de libertad y la emoción de desafiar nuestros límites son algunas de las razones por las que amamos estas atracciones. Además, estas atracciones estimulan la liberación de endorfinas, las hormonas de la felicidad.
Aunque las montañas rusas son sinónimo de adrenalina, la seguridad es una prioridad. Los parques temáticos invierten en tecnología y mantenimiento para garantizar una experiencia segura para todos. Además, muchas empresas están adoptando prácticas más sostenibles en la construcción y operación de sus atracciones.
El Día Internacional de la Montaña Rusa es una celebración de la ingeniería, la innovación y la búsqueda de emociones fuertes. Estas atracciones han evolucionado a lo largo de los años, ofreciendo experiencias cada vez más emocionantes y desafiantes. Así que, la próxima vez que te subas a una montaña rusa, recuerda la historia detrás de esta emocionante aventura.