El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este martes la aplicación de aranceles recíprocos, una medida que había adelantado semanas atrás y que entrará en vigor a partir de la medianoche. Con esta decisión, el mandatario busca fortalecer la economía estadounidense y equilibrar el comercio internacional.
“El 2 de abril se conmemorará como el día en el que haremos a Estados Unidos rico”, afirmó Trump en su discurso, destacando que las tarifas serán aplicadas a todos los países sin excepción.
El presidente subrayó que, a diferencia de políticas anteriores, esta medida busca colocar a Estados Unidos en una posición de ventaja frente a otras naciones. Según sus declaraciones, en el pasado, los ciudadanos estadounidenses se vieron perjudicados por acuerdos comerciales que favorecían a otros países.
“Durante años, los ciudadanos estadounidenses trabajadores se vieron obligados a mantenerse al margen mientras otras naciones se enriquecían y se volvían poderosas, en gran parte a costa nuestra. Pero ahora nos toca prosperar a nosotros. Es la edad de oro para los estadounidenses… vamos a regresar muy fuertes”, aseguró.
Uno de los anuncios más impactantes fue la imposición de un arancel del 25% a los vehículos fabricados fuera de Estados Unidos. Según Trump, esta medida busca incentivar la producción nacional y fortalecer la industria automotriz estadounidense.
“No solo verán lo que sucederá con las compañías automotrices, sino con otras empresas”, advirtió el mandatario, insinuando que la política comercial se endurecerá aún más en otros sectores.
Este anuncio ha generado incertidumbre en los mercados y preocupación en las industrias afectadas. Expertos señalan que la medida podría desencadenar represalias comerciales por parte de otras naciones, lo que afectaría el comercio internacional.
Empresas del sector automotriz y otras industrias que dependen de insumos importados ya han manifestado su preocupación ante el impacto que estos aranceles podrían tener en los costos de producción y en los precios finales para los consumidores.
Con esta decisión, la administración de Trump refuerza su postura proteccionista y su intención de colocar a Estados Unidos en el centro de la economía global, sin importar las posibles tensiones comerciales que puedan derivarse de estas nuevas tarifas.