En un sorprendente y sin precedentes incidente en el Centro de Estudios Científicos y Tecnológicos N° 8 “Narciso Bassols” del Instituto Politécnico Nacional (IPN), ubicado en la alcaldía Azcapotzalco, alumnas decidieron tomar la justicia en sus manos y propinaron una golpiza a un profesor de la institución educativa.
Este acto violento ocurrió como respuesta a las acusaciones de acoso que pesaban sobre el docente, identificado como José Alejandro Pérez Palma
El ataque ocurrió en plena clase, cuando un grupo de alumnas, encapuchadas y vestidas de negro, irrumpieron en el aula donde se encontraba el profesor. Portando pañuelos morados, símbolo del movimiento feminista, las estudiantes expusieron sus motivos y comenzaron a golpear al docente.
Este acto de violencia fue la culminación de un largo período en el que las alumnas se sintieron ignoradas por las autoridades educativas respecto a las denuncias de acoso que habían presentado.
Las alumnas expresaron su frustración y enojo ante la falta de respuesta de las autoridades educativas. Una de las manifestantes declaró:
“Usted es una persona que ha sido acusada de acosar a alumnas hasta maestras y hasta ha amenazado, no lo queremos dentro de la institución y si esto no se cumple no nos va a quedar más que irnos a paro porque no es la primera vez que tiene relación con una menor”.
Durante el ataque, las estudiantes también acusaron al profesor de pedofilia y lo rociaron con pintura morada mientras lo golpeaban.
En medio del ataque, una mujer que se identificó como abogada llegó al lugar y recomendó a las jóvenes presentar una denuncia formal ante el Ministerio Público.
Sin embargo, las estudiantes aseguraron que ya habían tomado esta medida sin obtener resultados satisfactorios. El profesor José Alejandro Pérez Palma quedó en el suelo, cubierto de pintura morada y con heridas, mientras otros estudiantes observaban la impactante escena.
Este incidente sin precedentes plantea preguntas sobre la respuesta de las instituciones educativas a las denuncias de acoso y cómo los estudiantes, en este caso, decidieron tomar la justicia en sus manos cuando sintieron que no se les escuchaba.
La comunidad educativa, así como la sociedad en general, seguirán atentos a los desarrollos de esta situación.