En los últimos años, el cambio climático ha intensificado la frecuencia y gravedad de los incendios forestales. Estas emergencias además de destruir los paisajes naturales, también emiten enormes cantidades de CO2, agravando aún más el calentamiento global.
La mayoría de los incendios forestales son causados por negligencias humanas, como arrojar colillas encendidas o no apagar correctamente las fogatas. También influyen factores naturales como las olas de calor y la sequía, que crean condiciones propicias para que un pequeño fuego se convierta en un gran incendio. Para reducir los riesgos, es importante no dejar residuos inflamables y evitar el uso de maquinaria que pueda generar chispas en zonas forestales.
La prevención de incendios comienza con la conciencia y la acción individual. Algunas recomendaciones incluyen:
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Prevenir incendios forestales es una responsabilidad compartida. Con acciones simples pero efectivas, podemos proteger nuestros bosques y contribuir a la sostenibilidad del planeta.