Cada año, en el mes de julio, se celebra en Serrada, Valladolid, una festividad única y encantadora: el Día del Espantapájaros. Esta celebración, creada por el artista Alberto Sobrino, busca revivir la figura del espantapájaros, un personaje que ha sido fundamental en la agricultura y que ha inspirado historias tanto en la literatura como en el cine.
El Día del Espantapájaros tuvo su origen en un taller infantil impartido por Alberto Sobrino y Julio Falagán, donde los niños creaban sus propios espantapájaros. Esta actividad tuvo tanto éxito que decidieron expandirla y abrirla a artistas y al público en general. La celebración se nombró de manera similar al famoso “Día de la Marmota”, sonando atractivo y fácil de recordar. Así, se estableció una jornada anual donde personas de todas las edades y profesiones podían participar en la creación de espantapájaros.
El evento central del Día del Espantapájaros es la creación de estos muñecos icónicos. No se trata de un concurso, sino de una actividad comunitaria donde cada participante puede fabricar su propio espantapájaros con los materiales disponibles. La jornada incluye una comida colectiva en la que se degusta el plato típico de Serrada, “El aguinaldo”, y culmina con una procesión de espantapájaros, seguida de un baño en la piscina. Esta festividad es una oportunidad para que las familias y amigos pasen un día al aire libre, fomentando la creatividad y el trabajo en equipo.
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El Día del Espantapájaros ha tenido un impacto positivo en la promoción de Serrada, atrayendo visitantes y aumentando la visibilidad de la localidad. Este evento no solo rescata una tradición agrícola casi olvidada, sino que también educa a los niños sobre el valor del arte y la artesanía, promoviendo el respeto por las obras creadas. Además, se convierte en un punto de encuentro intergeneracional, uniendo a personas de diferentes edades y ciudades en una actividad común y significativa.
El Día del Espantapájaros es una festividad que combina tradición, creatividad y comunidad. Gracias a iniciativas como esta, figuras icónicas del paisaje rural vuelven a cobrar vida, ofreciendo una experiencia enriquecedora para todos los participantes y promoviendo la cultura local de Serrada.