El conflicto entre Rusia y Ucrania ha alcanzado un nuevo nivel de brutalidad con el reciente bombardeo ruso al hospital infantil de Okhmatdyt en Kiev. Este ataque, que ha dejado más de 30 muertos, ha generado una fuerte condena internacional y ha resaltado la devastadora realidad de la guerra en curso.
La capital ucraniana despertó con la noticia de un bombardeo devastador que destruyó el hospital pediátrico más grande del país, Okhmatdyt. De acuerdo con lo informado por el gobierno ucraniano, un misil de crucero ruso Kh-101 impactó directamente en el hospital, matando a 33 personas, incluidos cuatro niños. Las fuerzas rusas, sin embargo, aseguran que el ataque fue resultado de los sistemas de defensa aérea ucranianos. El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, informó que el bombardeo es parte de una serie de ataques que han dejado a Ucrania en estado de luto y desesperación.
VIDEO | Ucrania se vuelca en reconstruir el hospital infantil de Kiev destruido en un ataque ruso. pic.twitter.com/iitnaPK1du
— EFE Noticias (@EFEnoticias) July 9, 2024
La respuesta internacional no se ha hecho esperar. La subsecretaria interina de Naciones Unidas para asuntos humanitarios, Joyce Msuya, condenó el ataque como un crimen de guerra, destacando que atacar intencionalmente un hospital protegido viola todas las normas del derecho internacional. El Papa Francisco expresó su “profundo dolor” y pidió medidas concretas para detener la violencia en Ucrania y Gaza. Los aliados occidentales de Ucrania, incluyendo a Estados Unidos y la Unión Europea, también condenaron el ataque, reiterando su apoyo a la nación asediada y prometiendo más ayuda militar.
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Rusia y Ucrania se culpan mutuamente por el ataque. Moscú insiste en que sus fuerzas solo atacan infraestructuras militares y acusa a Ucrania de usar sistemas de defensa aérea ineficaces que causan daños colaterales. Por su parte, Ucrania asegura que Rusia continúa cometiendo crímenes de guerra y llama a la comunidad internacional a condenar estos actos. En una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU, Naciones Unidas afirmó que existía una “gran probabilidad” de que el hospital pediátrico sufriera un impacto directo de un misil ruso.
El ataque al hospital pediátrico de Okhmatdyt en Kiev es un recordatorio desgarrador de la brutalidad de la guerra entre Rusia y Ucrania. Con más de 30 muertos y una comunidad en luto, la condena internacional y el llamado a la paz son más urgentes que nunca. La guerra no solo afecta a los combatientes, sino también a los civiles más vulnerables, dejando una estela de dolor y destrucción que clama por una resolución pacífica.