El mundo del cine mexicano está de luto con la partida de un ícono, Fernando Almada. A los 94 años de edad, este actor, guionista y director dejó una huella imborrable en la industria cinematográfica. En este artículo, recordaremos su vida, su carrera y su legado.
Fernando Almada, junto a su hermano Mario Almada, se convirtió en una de las figuras más emblemáticas del cine mexicano, especialmente durante las décadas de los 70 a los 90. Su debut en el cine se dio en 1959 con la película “Milagros de San Martín de Porres”, marcando el inicio de una carrera llena de éxitos y reconocimientos.
A lo largo de su carrera, Fernando no solo se destacó como actor, sino que también incursionó en la escritura y dirección cinematográfica. Su versatilidad lo llevó a participar en diversas producciones que abarcaron diferentes géneros. Una de sus colaboraciones más recordadas fue con su hermano Mario en “Los jinetes de la bruja” en 1965.
Fernando Almada decidió retirarse del cine sin abundar en detalles, marcando el fin de una era en la cinematografía mexicana. Su última película, “El rey de la mota”, se estrenó en 2001. Sin embargo, su amor por el cine nunca desapareció por completo. En 2020, compartió una fotografía en redes sociales junto a la también fallecida actriz Isela Vega, recordando su presencia en la industria hasta el final.
Hoy, recordamos a Fernando Almada como un pilar del cine mexicano, un talento multifacético que cautivó a audiencias durante décadas. Su legado permanecerá en las pantallas y en el corazón de quienes apreciaron su trabajo a lo largo de su distinguida carrera.
En resumen, la partida de Fernando Almada deja un vacío en el cine mexicano, pero su legado perdurará a través de sus obras cinematográficas y el recuerdo de su destacada trayectoria.