En un esfuerzo por promover la educación ambiental desde una edad temprana, un grupo de 150 niños y padres de familia del kínder Federico Froebel visitaron el huerto urbano ubicado en el parque Matlazincas, conocido como “El Calvario”, en Toluca. Esta iniciativa busca concienciar a las nuevas generaciones sobre la importancia del cuidado ambiental y la sostenibilidad.
Guiados por educadores ambientales, los estudiantes y sus padres descubrieron diversas especies cultivadas en el huerto, como coles, fresas y chiles, así como jardines de plantas medicinales y suculentas. Durante el recorrido, los niños aprendieron sobre el valor de los animales polinizadores, incluyendo abejas, colibríes y mariposas, que son esenciales para la reproducción de plantas y árboles, vitales para la vida en el planeta.
Giselle Wiza, una madre presente en la visita, expresó su sorpresa y aprecio por las actividades realizadas, destacando que estos espacios no solo benefician a los niños, sino que también ayudan a los padres a tomar conciencia. “Creemos que los niños deben educarse, pero en realidad somos los padres quienes debemos educarnos para poder enseñar a nuestros hijos”, afirmó. Asimismo, Javier Millán, padre de Alejandro, subrayó la necesidad de respetar y cuidar el medio ambiente, ya que es fundamental para prevenir muchas enfermedades y asegurar nuestra subsistencia.
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El gobierno de Toluca, a través de la Dirección de Medio Ambiente, invita a la población a conocer este huerto urbano ubicado en el emblemático Parque Urbano Matlazincas “El Calvario”. Además de visitas guiadas, el huerto ofrece charlas y talleres para educar a la comunidad sobre prácticas sostenibles y el cuidado del medio ambiente. Para más información, los interesados pueden consultar las redes sociales del organismo y programar recorridos o actividades educativas.
La visita de los niños del kínder Federico Froebel al huerto urbano en El Calvario representa un paso importante hacia la educación ambiental y la concienciación sobre la sostenibilidad. Esta iniciativa no solo beneficia a los niños, sino que también involucra a los padres, creando una comunidad más consciente y responsable con el medio ambiente.