Descubrimientos recientes revelan una conexión intrigante entre la proteína amiloide, conocida por su relación con el Alzheimer, y la enfermedad cardíaca vinculada a la obesidad.
Investigadores de la Universidad Deakin (Australia) han desentrañado la relación entre la proteína beta amiloide y la enfermedad cardíaca asociada a la obesidad. Estudios indican que esta proteína se secreta desde el tejido adiposo al torrente sanguíneo, siendo significativamente mayor en individuos con obesidad.
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La beta amiloide, que también está implicada en el desarrollo del Alzheimer, al acumularse en las mitocondrias del corazón (centrales eléctricas celulares que generan energía) bloquea la generación de energía vital para el bombeo sanguíneo. Este fenómeno, descubierto en ratones obesos, señala un vínculo inesperado entre la proteína y enfermedades cardíacas, desafiando la creencia anterior de que sus efectos estaban limitados al cerebro.
El profesor Sean McGee, líder del estudio, plantea la posibilidad de reutilizar medicamentos bloqueadores de beta amiloide, originalmente desarrollados para Alzheimer, en el tratamiento de enfermedades cardíacas inducidas por obesidad.
“Hasta donde sabemos, esta es la primera vez que la beta amiloide ha sido implicada en una enfermedad que no es el Alzheimer, ya que se pensaba que los efectos negativos de la beta amiloide estaban restringidos al cerebro“, expresó el profesor de biología.
Este enfoque, al aprovechar terapias existentes y probadas en humanos, podría acelerar significativamente el proceso de desarrollo de fármacos para enfermedades cardíacas, reduciendo el tiempo de implementación en unos 10 años.