La viruela del mono, también conocida como mpox, es un virus que está generando preocupación. En especial por la creciente ola de contagios en el mundo y los recientes casos activos en México. Aunque la OMS asegura que el riesgo es bajo, ha declarado alerta global. Te contamos qué hacer en caso de contagio.
Los primeros síntomas de la viruela del mono suelen parecerse a los de la gripe: fiebre, dolor de cabeza y fatiga. Sin embargo, a diferencia de una gripe común, esta enfermedad provoca erupciones cutáneas que empiezan en la cara y se extienden al resto del cuerpo, incluyendo las palmas de las manos y las plantas de los pies. Estas erupciones evolucionan a pústulas llenas de líquido, que eventualmente forman costras antes de caerse. El diagnóstico se confirma generalmente mediante una prueba PCR.
La duración de la viruela del mono suele ser de 2 a 4 semanas. Durante este periodo, los infectados deben aislarse para evitar la propagación del virus. No existe un tratamiento específico para la mpox, pero los síntomas pueden manejarse con antivirales como tecovirimat y brincidofovir. Además, es importante mantener una buena higiene y evitar tocar las lesiones para reducir el riesgo de transmisión.
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Si sospechas que has contraído la viruela del mono, lo primero es aislarte y notificar a tus contactos cercanos. Es importante utilizar medicamentos antivirales, mantener una higiene rigurosa, desinfectar tus objetos personales y evitar el contacto físico hasta que las lesiones cicatricen. La vacunación es clave tanto antes como después de la exposición, por lo que se recomienda completar las dos dosis si perteneces a un grupo de riesgo.
La viruela del mono es manejable con las precauciones adecuadas. Reconocer los síntomas tempranamente y seguir las medidas de aislamiento y tratamiento son pasos fundamentales para evitar la propagación y proteger tu salud.