El Síndrome de Turner es un trastorno genético que afecta a una de cada 2,500 niñas. Esta condición es causada por la ausencia parcial o total de un cromosoma X. Las niñas afectadas suelen tener baja estatura, problemas de desarrollo sexual y posibles malformaciones cardíacas y renales.
El Síndrome de Turner no es hereditario, pero es genético. La causa principal es un error aleatorio durante la formación de las células sexuales, lo que resulta en la falta de un cromosoma X. Aunque no se conocen factores de riesgo claros, se ha observado que ocurre de forma esporádica, sin relación directa con la salud de los padres.
Los síntomas varían, pero comúnmente incluyen baja estatura, cuello ancho, y orejas con posición baja. Las niñas con este síndrome pueden tener hinchazón en manos y pies, además de problemas cardíacos y renales. En la adolescencia, es común la ausencia de menstruación y dificultades para concebir, debido a la falta de desarrollo sexual normal.
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El Síndrome de Turner es una condición genética que afecta exclusivamente a las mujeres. Aunque no tiene cura, el diagnóstico temprano y los tratamientos adecuados pueden mejorar significativamente la calidad de vida de las pacientes.