En la alcaldía Coyoacán de la Ciudad de México, una vecina cometió un acto atroz al secuestrar, torturar y dejar sin vida a una perrita de 15 años llamada Moni. Posteriormente, la enterró en una jardinera frente a su domicilio. La familia de la pequeña mascota exige justicia y ha creado el hashtag #JusticiaParaMoni para visibilizar el caso y pedir que se castigue a la responsable.
Moni, una perrita de 15 años, desapareció de su casa en Coyoacán. Sus dueños la buscaron desesperadamente, pero debido a su avanzada edad y baja audición y visión, no la encontraron. Una semana después, videos revelaron que una vecina, identificada como Esmeralda, había secuestrado a Moni, la había torturado y luego la había enterrado frente a su casa.
Los videos que captaron el momento en que Esmeralda entraba a su casa con Moni amarrada y el posterior hallazgo del cuerpo sin vida de la perrita con huellas de maltrato, fueron pruebas contundentes para la familia de Moni. Confrontaron a la vecina y, tras recuperar el cuerpo de su mascota, presentaron una denuncia ante la Fiscalía General de Justicia (FGJ). La autopsia confirmó el maltrato animal y reveló que Moni había sufrido violencia, estallamiento visceral y múltiples fracturas de huesos.
En la Ciudad de México, el maltrato animal está tipificado como delito en el Título XVI bis del Código Penal. La matanza de animales se castiga con penas de dos a cuatro años de prisión, además de multas que van de mil a cinco mil veces la Unidad de Medida y Actualización (UMA).
Este trágico hecho ha generado una gran indignación entre la comunidad de Coyoacán y las redes sociales. Se ha creado el hashtag #JusticiaParaMoni para exigir una acción rápida y severa contra la responsable. La familia de Moni continúa luchando para que se haga justicia y se imponga una sanción ejemplar que sirva como disuasivo para futuros actos de crueldad contra los animales.
La crueldad hacia los animales no puede quedar impune. El caso de Moni nos recuerda la necesidad de fortalecer las leyes que protegen a los animales y de fomentar una cultura de respeto y compasión hacia ellos. La familia de Moni busca justicia para su pequeña mascota y espera que este caso sirva para crear conciencia sobre la importancia de proteger a nuestros amigos peludos.
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